Mientras está viendo una película, Gintoki se encuentra con el denominado «Ladrón de Películas» («Movie Thief»), una figura mitológica dentro de la «nueva cultura» japonesa, representada por un ser humano con una cámara de vídeo como cabeza. Después de darle una reprimenda por su mal comportamiento, el propio Gintoki se teletransporta a través de la lente de la cámara hacia una nueva dimensión. Gintoki avanza ahora cinco años en el futuro. El mundo de Edo se ha convertido en una estepa post-apocalíptica, sus amigos parecen distintos y su propio «yo» ha desaparecido sin dejar rastro. Sin otro remedio que investigar lo sucedido para que todo vuelva a la normalidad, Gintoki trata de comprender a Kagura y a Shinpachi para así descubrir qué ha sucedido con su alter-ego del futuro.