Dos cineastas usan la ficción para reconstruir lo que vivieron sus padres en un centro de tortura 45 años atrás. Ambos involucran a sus familias en el trabajo con los actores. Tras las cámaras se revelan las repercusiones emocionales que tiene para las distintas generaciones lo que pasó, porque solo uno de sus padres sobrevivió y el otro es hasta hoy un detenido desaparecido.