El pequeño pueblo de San Carlos sufre una atroz injusticia: la vecina ciudad de Chillán les arrebata el premio a la «Mejor longaniza de Chile». Frente a este descarado robo, un grupo de sancarlinos organiza un potente movimiento social, el cual se propone obtener la preciada denominación de origen para sus longanizas, y así reparar el daño y recuperar la dignidad de su querido pueblo.